INFOGRAFIA: Sabaneta: Las historias no contadas de su clausura

Génesis y fin de la pesadilla: la cárcel de Sabaneta no existe gracias a las intenciones criminales de un hombre. Las comunidades de la parroquia Manuel Dagnino celebran no tener como vecinos a cuatro mil hombres armados

Por Juan José Faría / laverdad.com

En los años de abandono, la cultura del “pranato” se instauró en Sabaneta. En Máxima “Caldera” se enriquecía a través de la extorsión. Escogía a sus víctimas a través de los clasificados publicados enlos periódicos.

En Reeducación repetían la fórmula, pero en menor medida, y en Patio el “Ric” y sus hermanos tenían vínculos con grandes mafias criollas. En Procemil Douglas Perche rechazó esas costumbres y controló el área a través de la persuasión religiosa, mientras en Calabozo Róbert López gobernó con mano dura y terminó como cualquier recluso.

En Penal la ambición crecía con el día y, poco a poco, su líder fue tomando notoriedad dentro y fuera de Sabaneta. Ya era famoso en Maracaibo por los crímenes que había cometido, pero no se había interesado por los medios hasta que se dijo víctima de falsas acusaciones.

Las autoridades los dejaron solos y ellos agudizaron sus reglas criminales hasta que se desató la guerra en la cárcel. Al Gobierno no le quedó otra que desalojarlos y cerrar Sabaneta.

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